La empresa Geora contaba con una antigua oficina que se encontraba dentro de la nave industrial donde ejercían su actividad como instaladores de cubiertas, pavimentos… Esta se ubicaba sobre una plataforma rectangular que permitía que la planta baja formase parte de la nave.
La nueva oficina se concibe como “una caja dentro de una caja”. Una serie de volúmenes de policarbonato que dejan pasar la luz de la nave al interior de la oficina y generan un juego de luces y sombras quedan delimitados con una chapa plegada roja que incide en el color principal de la identidad de Geora.
Para conseguir este juego de cajas, se mantuvo el esquema estructural de la plataforma existentes con pequeñas modificaciones como la ampliación en ambos externos y la demolición de una zona del forjado para incluir la nueva escalera de acceso.