El proyecto consiguió integrar el componente estratégico aportado por el equipo de Experience Lab, especializado en consultoría de formas y espacios de trabajo y reflejarlo en el diseño. Se tomó la decisión de retar al cliente, proveedor de revestimientos, creando un espacio único y flexible que, a modo de Showroom, albergara distintos usos y se adaptara a ellos: presentaciones, reuniones con proveedores, cursos de formación, charlas y eventos pero sirviese también como espacio de trabajo.

Este proyecto presenta la oportunidad de potenciar la riqueza espacial de una arquitectura brutalista contrastándola con un diseño minimalista, con la flexibilidad necesaria para introducir un programa cambiante en un espacio limitado. El protagonista indudable del proyecto es el armario lateral corrido, de ahí su nombre, “salir del armario”. Un elemento que crea un juego con sus posibilidades de cierres y aperturas que acompaña la flexibilidad programática del espacio.